Sexo en la cabaña Riga
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A los 21 años, me diagnosticaron diabetes Tipo 1. Mi mochila pesaba alrededor de 27 kg. Éramos dos: una chica pequeña, Nino y yo, y George se nos nos unirían en el campamento base. Ninguno de nosotros había estado allí, ni a esa altura, y no teníamos experiencia en escalar picos.
Hicimos nuestras investigaciones, nuestras mochilas estaban bien pensadas, con equipo adjunto. Teníamos tres conjuntos de necesidades diabéticas.
En cada uno había insulina, un glucómetro, tiras, glucagón, varios glucómetros de repuesto y tiras visuales. Comencé a hacer senderismo, haciéndome camino hasta caminatas de una semana.
Creo que uno debe hacer cosas que asusten, ya que motivan a mejorar, da miedo, y uno trabaja y se prepara. De acuerdo con nuestro plan, el 26 de agosto debíamos habernos trasladado desde el monasterio Sameba m hasta el primer campamento en Sabertse m. Caminamos m hacia las sombras para acampar y dormí allí todo el día. Aquí con esta compañía, junto a la fogata en la niebla, pasamos la noche.
Me alegré tanto de no estar enfermo y de saber que podríamos seguir escalando. Nos levantamos a las seis de la mañana, alimentamos al perro y comenzamos a caminar. Por cada hora de caminata, me comía media barra de dulce.