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La prohibición total del aborto en el país tiene consecuencias devastadoras. Las mujeres y niñas con embarazos no planificados o no deseados —incluyendo los que son resultado de violación o incesto o en casos de inviabilidad del feto— se ven obligadas a elegir entre un aborto clandestino o seguir adelante con su embarazo, aunque no lo deseen y aunque esto implique graves riesgos para su salud, incluida la muerte.
Algunas mujeres y niñas cuentan con los recursos y medios para viajar a otro país donde el aborto es legal o encontrar proveedores de salud seguros que les ayuden a terminar un embarazo, pero muchas, especialmente aquellas de comunidades pobres y rurales, arriesgan su salud y su vida sometiéndose a abortos clandestinos, a menudo sin ninguna orientación de personal capacitado. Algunas mujeres y niñas sufren graves problemas de salud, o incluso mueren, a causa de abortos inseguros.
Melina, de 26 años, contó a Human Rights Watch que tuvo un embarazo no deseado en , al fallar el método anticonceptivo que usaba. Ya era madre de cuatro niños pequeños y se angustió profundamente al enterarse de que estaba embarazada. Intentó poner fin al embarazo bebiendo una infusión de distintas hierbas y plantas, uno de los muchos remedios caseros que utilizan algunas mujeres para interrumpir embarazos en forma clandestina.
Comenzó a tener sangrado y a sentir un dolor intenso en la espalda y el abdomen. Melina percibió que algo no estaba bien, pero demoró en buscar atención médica porque temía ser denunciada ante las autoridades o sufrir maltrato por parte de las autoridades de salud por haber practicado un aborto ilegal.
Melina tomó el medicamento, pero el dolor persistió durante diez días y se produjo una infección. Aunque son relativamente infrecuentes los casos en que se inician acciones contra las mujeres y niñas que se someten a abortos, y contra quienes las ayudan, la ley ha instalado un temor generalizado que lleva a mujeres y niñas a tomar medidas desesperadas para interrumpir embarazos no deseados, y que impide a los proveedores médicos proteger la salud y la vida de sus pacientes.