Contactos sin tabú Tapachula
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Categoría: Incesto. Un viaje de trabajo para el hermano en compañía de su hermana se convierte en algo especial para ambos…. Hace unos años, cinco para ser precisos, hicimos un viaje por la Panamericana a Chiapas, México. Todo empezó a finales de octubre de , yo me dedico al transporte personalizado en mi propio vehículo. Voy y vengo por la Panamericana y puedo decir que mi trabajo es divertido y bien remunerado. En esta ocasión, uno de mis clientes me pidió fuese a recogerlo a Tapachula, yo estaba en Managua llevando a una Señora con su hijo y me comprometí a recogerlo en la fecha que él estaría en Tapachula para llevarlo a San Salvador.
Emprendí el viaje de dos días y medio entre Managua y Tapachula. Anita bajó al comedor desaliñada, llorosa y en pijamas. Le pregunté la razón de su depresión y me respondió esquiva que no me interesaba. Mi madre me había pedido si podía llevarme a Anita en uno de mis viajes, le expliqué que la mayoría de clientes eran muy delicados, pero recordé que esta vez, la persona que transportaría era de mi confianza.
Le planteé a las dos mujeres la posibilidad de llevarme a Anita a Tapachula, y mi madre alentaba a mi hermana a ir de viaje conmigo. Ella aceptó no muy convencida. Desayunamos con mi madre para luego emprender el viaje desde San Salvador, hasta Tapachula. Cargamos combustible, revisamos el carro, llantas, refacción y nos metimos de lleno a la carretera.
Una hora después llegamos a Tapachula, buscamos un hotel donde pernoctar, pero nos fue difícil hallar uno en esa cuidad llena de gente que va y viene. Cerca del parque central, encontramos uno, pero solamente tenían habitaciones con una sola cama.
Nos registramos, bajamos nuestras maletas y subimos a la habitación. Me duché, ella se duchó y salimos a dar una vuelta por la cuidad y buscar algo rico que comer. Encontramos una fonda cerca del ayuntamiento y nos dimos una comilona deliciosa. Me tomé un par de cervezas y Anita también. Ella salió un poco mareada del lugar y buscamos el hotel, ya que el viaje por lo menos para mí había sido agotador, y las chelas, como dicen los Mexicanos, hicieron su efecto dopante y me bajaron el sueño.