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Y si deben ser sin gluten, consultad aquí. El espacio, de 5. No es lo mismo decir "hoy hemos cenado en un italiano" que "hoy hemos cenado en un veneciano ". El ambiente de taberna vintage , la hiperactividad de los hermanos y dueños, las camareras charlatanes y unos platos buoni, buoni, buoni son motivos suficientes para decidir que volveréis. Antes, acabad los ' bigoli in salsa veneziana', las sepias a la plancha con polenta, el pulpo a la brasa o, si quieréis parecer venecianos de pura cepa, el hígado de ternera a la veneciana.
Benzina: un restaurante de cocina italiana que late bajo la cromada carrocería de un club de aires neoyorquinos. Y en un lugar inmejorable: en el pasaje Calders de Sant Antoni. Carta corta y efectiva: 'antipasti', seis pastas la fresca hecha en cocina y algo de carne y pescado. Su restaurante, con tres espacios diferenciados, parece una casa particular decorada con fotografías de Sophia Loren y cuadros de mujeres al estilo de Modigliani.
Aunque la familia viene de la Toscana, la carta recorre recetas de todas las regiones italianas , como la 'cotoletta' milanesa, la berenjena en la parmesana o postres sardos como las 'seadas', una masa crujiente rellena de queso pecorino y miel. Mezcla de panacotta con pera y vino dulce italiano, con crumble de chocolate negro y helado de vainilla. Ya sabéis que su segundo nombre es el Rey de la Trufa , un apelativo que se ha ganado a pulso en una carta con un apartado del oro negro cuando es temporada: blanca o negra, siempre fresca y de buena calidad.
Ubicado en una esquina por encima de Travessera de Gràcia, es la casa que Danilo Di Monaco abrió en el Este italiano pertenece a la estirpe de ' trattorias' de espíritu popular y mano exquisita donde se comen platos de pasta fresca de altísima calidad , sin tener que realizar grandes desembolsos. La pasta fresca es casera, y el chef Gabriele Milano ha dispuesto una oferta ambiciosa, que sigue la ortodoxia italiana y le aporta un toque de autor.