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Zapatos de tacón O los amas o los odias pero todas hemos sucumbido a llevarlos. Los zapatos de tacón tienen historia, simbología y hasta ciencia. El prestigioso psicólogo Alan Crawley realizó un exhaustivo estudio y repaso de lo publicado al respecto y nos ofrece una interesante perspectiva psicológica y de comunicación no verbal a través de este icónico calzado.
En pleno siglo XXI, los zapatos de tacón altos son considerados un símbolo de sexualidad y poder femenino. Sin embargo, y aunque parezca extraño, en origen eran un accesorio de vestimenta masculina o por lo menos, unisex. Su primer uso registrado data del antiguo Egipto en los pies de miembros de alto estatus social, como un marcador de distinción de clase socioeconómica, especialmente durante las ceremonias.
Por ejemplo, una mujer con zapatos de tacón alto en Roma indicaba con ellos que su profesión se relacionaba con la prostitución. Lo anterior provoca, casi irremediablemente, que ellas inviertan mayor tiempo y dedicación para cuidar y mejorar su apariencia física a nivel mundial. La misma poderosa influencia de persuasión se ha encontrado cuando una mujer intenta convencer a un hombre de que complete un formulario en la calle.
Al usar tacones altos se duplican las posibilidades de que un hombre se detenga para aceptar el pedido de la mujer. Otra interesante motivación para usar zapatos de tacón es el efecto que causan en las propias mujeres que se los ponen.
La preferencia por estos zapatos puede deberse a que usarlos aumente la autoestima, la autoconfianza o la belleza autopercibida de las portadoras, pero no lo sabemos con seguridad. Usar tacón resalta las nalgas y pechos. Incrementa la estatura. Crean una lordosis en la espalda baja que se valora como atractiva. Cambian la forma y proporciones de partes del cuerpo que se asocian con mayor belleza y salud.