Sexo en la escalera Lázaro Cárdenas
Todo ese día me metieron medicamentos para sostener a mi bebé, pero creo que ya era imposible. 😏 Otras chicas encantadoras: Masaje con final feliz a domicilio Alcántara, Sexo en pareja Chisinau, Masajes eróticos Almuñécar
La violencia se ha convertido en algo natural en Morelos; ya nada nos sorprende. La promesa de regresar la paz a la entidad se hace cada elección desde hace cuatro sexenios, todos los políticos que aspiran a un cargo aseguran tener la solución y culpan al de enfrente de las fallas. Al final todo queda en discurso y la situación en lugar de mejorar, empeora. Los índices delictivos son menores a ese porcentaje, pero eso nada cambia la sensación de temor entre la gente.
El fracaso de la estrategia de seguridad es evidente desde lo nacional hasta lo municipal, incluyendo el trabajo de las policías en todos los estados; en Morelos la situación ha ido de mal en peor desde hace años, de ahí que los hechos y actos de violencia se multiplicaron y ya no respetan lugares, horarios ni población.
Ahora los hechos de violencia se presentan a todas horas y en cualquier lado, ocurren en las calles de la capital, a plena luz del día, dentro de una plaza comercial o hasta dentro de un hospital, como sucedió esta semana. Este sexenio la delincuencia ha tocado a sectores que antes parecían blindados ante este tipo de situaciones y personas que nunca se habría pensado que podrían ser objetivo de los criminales.
El secuestro y muerte de Roberto Carlos Figueroa ha generado una enorme indignación en el gremio periodístico, pero no es distinta a la molestia que hay en todos los casos en donde gente inocente es privada de la vida.
El problema de seguridad y violencia en el estado es grave, como lo es también el hecho que el tema se ha convertido en herramienta política que actores de poder y partidos utilizan de manera indiscriminada, sin considerar los efectos que ello trae para la sociedad.