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Durante mis once años de actividad profesional en las Islas Canarias, trabajé tanto en el hospital universitario, como en otros hospitales de las islas. También dirigí una consulta de maternidad en Tenerife y luego en la isla de La Palma, que tiene una población de unos Mi labor incluía la preparación para el parto y los cuidados prenatales y postnatales.
Noa, nues- tro cuarto hijo, nació en La Palma, en una piscina. Los partos en casa que se describen a continuación, tuvieron lugar en el transcurso de varios años y en dife- rentes grupos étnicos.
No sólo ofrecen una visión sobre la experiencia del parto en sí, sino también sobre todos los miedos, los malentendidos y los problemas asociados con el nacimiento de un bebé. Aunque ya los primeros cursos de gimnasia para embarazadas se ofrecían en las grandes ciudades, el parto todavía estaba estrictamente regulado y determinado externamente. Sin Internet y clases prenatales, era difícil para mí, como joven estudiante embarazada, hacerme una idea de los retos que se avecinaban.
La Clínica de la Mujer Semmelweis, dirigida por el Dr. Me hizo tanta ilusión, que me mudé a Viena dos semanas antes de la fecha prevista. Esta profunda realización y confirmación, así como la confianza en mi propio cuerpo y mi fuerza me hizo querer tomar esta profesión, que probablemente es una de las pocas profesiones arcaicas que prevalecen en nuestro mundo civi- lizado. Estaba y sigo estando convencida de que este es el camino correcto. El hecho de que el trabajo de mis sueños también tenga sus desventajas, era tan claro para mí, como el hecho de que el traslado sería una cruzada ardua y conflictiva.
Es la idea patológica de nuestra sociedad de que todo es posible. Pero si ocurre algo, siempre se busca un culpable. Esta es la verdadera razón por la que las matronas son una especie en peligro de extinción. Sin embargo, nunca me he arrepentido de haber elegido mi profesión. Por el bien de mis padres, completé mis estudios: huma- nidades, estudios de traducción y lingüística con el grado de licenciada en filosofía, antes de comenzar mi formación en 9. La envidia y los celos, pero sobre todo la incomprensión me seguían el paso.