Citas clandestinas Sines
XXXVI, fol. Más chicas: Chat con mujeres Mijas, Citas clandestinas Anaheim, Porno amateur Sol
Una nave industrial abandonada en un suburbio de Estocolmo. Hay poca luz y mucho ambiente. En el centro, unas vallas de obra marcan un perímetro. Y en su interior, dos luchadores proceden a pegarse una paliza. No hay protecciones en las esquinas. De hecho, no hay asaltos. Ni reglas. Es el nuevo club de la lucha. Es una especie de UFC, esas artes marciales mixtas que practica Connor McGregor, pero con mucho menos glamour, presupuesto y medidas de seguridad.
Un campeonato que, como su propio nombre indica, va de peleas callejeras. Los participantes suelen ser hooligans de diferentes clubes de Europa, aunque no sea una condición sine qua non para pelear.
La ausencia de reglas es su elemento diferencial. En este sangriento show participan luchadores de todo el continente. Son cuatro, por el momento, los hombres que forman parte del elenco nacional de peleadores del KOTS.
Conocido por montar guardia en la puerta del chalet de Galapagar e intimidar a la gente que allí se concentraba para protestar. El Pirrakas debutó en enero bajo el nombre de Lister y se enfrentó a un luchador lituano. El madrileño tardó menos de medio minuto en ser noqueado. Pero no todos los españoles han corrido la misma suerte. Ahora se acaba de incorporar otro ultra del equipo vitoriano que se hace llamar Guda.
A pesar de ser clandestino, cuenta por millones las visualizaciones de sus combates en redes sociales. No hay ni un euro para el perdedor, que en ocasiones sale de allí con graves lesiones. Un luchador ensangrentado vence un combate Youtube. Al menos con la prensa. Ni los organizadores suecos, ni los que han creado el equipo español. Los primeros dieron la callada por respuesta al ser contactados por este periódico.