Sexo en el jardín Juliaca
Y tenemos seis hijos, y muchas historias que nos pasaron. Más contactos: Servicios discretos Elda, Putas discretas Vallenar, Encuentros discretos Nou Barris
A mediados de enero de , en Juliaca, la señora Asunta Jumpiri perdió a su hijo en medio de una masacre policial que el Gobierno y sus aliados intentan mantener impune. Brayan Apaza, como se llamaba él, acababa de cumplir 15 años cuando lo mataron saliendo de una cabina de Internet. La señora Jumpiri, agricultora del pueblo aymara, que apenas el año pasado pudo acabar el primer grado de primaria, busca justicia en medio de este paisaje adverso. Al igual que Mamie Till, todo lo que tiene son recuerdos y fotografías de un niño inocente.
Estoy en Sandia, a cinco horas de Juliaca en bus. Sandia ya es selva. Estoy aquí para trabajar. Es que yo no tenía un sitio donde vender, y vendía en las calles: agua, refresco en baldes. Pero, en la cuarentena, como ya no se podía hacer nada, nos fuimos a la selva para trabajar en las chacras.
Ya ha sido un mes desde que ha fallecido mi hijo, y necesito trabajar porque ya van a empezar las clases escolares de mi hijo pequeñito, que tiene nueve años. Trabajo en el cultivo de café. Deshierbo con machete. Las chacras vamos a trabajar. Yo no tengo chacra. Yo no tengo nada. Simplemente voy a jornalear. Por día me pagan 25 a 30 soles. Hoy descanso. Pero mañana tengo que trabajar. Porque mi hijo también me hace tanta falta. Y tengo que trabajar. O si no, voy a estar llorando en mi casa, buscando a mi hijo.
Yo sé que no va a volver mi hijo. Vamos a hablar de Brayan. Sí, antes de la pandemia en todo he trabajado, señor periodista. Trabajaba en una pequeña empresa que hacía papitas fritas, tipo Lays, de lunes a viernes. Yo he nacido en el campo. En San Pedro de Putina Punco. Cuando tenía ocho años quedé huérfana. Pero se fue. Parece que tenía otra pareja, y me ha dejado con mi abuelita.
Desde ese momento no he estudiado. Y mi abuelita, cuando yo tenía nueve años, ha fallecido por la edad. De ahí estuve con mis tíos, pero ellos no me trataban bien.