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Esto implicó una ola de despidos y un renacimiento del desempleo, que hizo que resurgiera la prostitución. Otras chicas irresistibles: Sexo con casadas Inca, Putas para todos los gustos Algorfa, Masajes eróticos para parejas Vila Nova de Gaia
Sufrían sobre todo de una aguda escasez de fondos. El futuro zar de la Rusia soviética dio, sin embargo, con un medio eficaz para salvar el movimiento. Una de las primeras acciones fue confeccionar una lista de comerciantes ricos, con la ayuda de algunos delincuentes convictos por robo, a los que exigió un pago de protección.
Los pocos que resistieron al chantaje no tardaron mucho en lamentarlo, pues sus establecimientos fueron objeto de ataques e incendios nocturnos. Muy pronto Stalin llegó a la conclusión de que esto no era suficiente para mejorar las finanzas del partido en Georgia y recurrió a su amigo Laios Koresku, fichado en la policía como traficante de drogas y muy conocido en el mundo de la prostitución. Parte del dinero de estas actividades era entregado a Stalin para el partido.
Lenin estaba al tanto de las actividades de Stalin pero se hizo de la vista gorda, hasta que las mismas alcanzaron un punto en que podían convertirse en un peligro para el crédito del movimiento. Fue entonces cuando escribió una larga carta a Stalin advirtiéndole sobre el peligro de que las autoridades zaristas utilizaran este expediente para desacreditar la moral del partido y la de sus principales dirigentes.
Sin embargo, de hecho Lenin aprobaba el método y su preocupación se relacionaba exclusivamente con la posibilidad de que se empleara en su contra en determinado momento. La explotación por parte del partido de un negocio propio del. En esa perla de la herencia literaria leninista, el jefe de la revolución prevenía a Stalin sobre la necesidad de guardar las apariencias. Durante otro buen tiempo, sin embargo, Stalin y Koresku prosiguieron en esos menesteres, y el movimiento revolucionario continuó nutriéndose de los mismos.
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