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Las emociones a flor de piel sumado al consumo de alcohol suelen ser los ingredientes perfectos para que un partido se salga de control y termine en pelea. Sin embargo, un insólito hecho quedó marcado en la historia del deporte, cuando la ignorancia terminó siendo una demostración de humanidad y unión entre las fuerzas del orden y los barristas.
Una anécdota que como muchas otras del mundo futbolero, comienza con Diego Armando Maradona. Sin embargo, el argentino se paró sin problemas obvio, él pegó la patada , pero el jugador del Dépor estaba sangrando de la nariz.
Al ver lo que sucedía, el entrenador argentino se enfureció y comenzó a reprochar a grito limpio a su médico, señalando que en lugar de ayudarlo, debería haberlo perjudicado.
En vez de agarrar a Diego agarra al otro, nació en la cancha este muchacho. Al contrario pisalo. En el duelo de ida el marcador terminó a favor de los de Londres en Stamford Bridge, por lo que todo se iba a definir en el estadio del conjunto de Aragón. Sin embargo, de un momento a otro la tónica fue otra, y de las agresiones pasaron a la calma, los aficionados y la policía dejaron de agredirse, y los locales no tenían idea qué estaba pasando.
No fue hasta el otro día que se enteraron de que las provocaciones de los hinchas del Zaragoza fueron consideradas como palabras de paz. Ni el propio Bolado se imaginó que un día su frase convertiría en ícono de la paz y la unión. Justo en aquel instante, del otro lado de la Romareda, se empezó a gritar la frase que había hecho célebre Bilardo, todo el campo se puso a gritar: písalo.