Putas atractivas El Raval
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La oleada de drogas que se produce a partir de borra los límites del Barrio Chino, y aquella atmósfera canalla que muchos escritores habían descrito se acabó por extinguir definitivamente. El negocio de la droga dota a la vida en el Raval de un matiz de desesperación y crueldad hasta entonces desconocido. La lucha por los beneficios y el mercado hacen que la vida pierda valor a pasos agigantados. Hasta las putas vendían papelinas en la calle. Los negros, que hasta entonces habían trabajado en el Maresme de sol a sol, compiten con los gitanos por el mercado de la heroína de la zona.
Cualquier lugar era bueno para esconder la «mercancía»: los mostradores de los bares, coches aparcados en las cercanías, en los buzones de correos de las escaleras, cualquier sitio. Pensiones y piso servían como almacenes. Senegaleses, ghaneses y nigerianos formaban parte de la banda denominada «los príncipes negros». El bar «Pico de Oro» Espalter, 3 se convirtió en un establecimiento muy frecuentado por los yonquis que buscaban proveerse de «caballo». El 3 de febrero de la policía incautó al propietario 41 papelinas de heroína.
La Plaza Real había sido uno de los primeros focos de venta de droga dura de la ciudad. La presión policial hizo que esta actividad se extendiera al Raval, hasta ese momento principal distribuidora de hachís. Camellos y clientss se encontraban en las terrazas de los bares de la plaza, que era escenario de frecuentes reyertas entre bandas.
En Escudellers se comerciaba con LSD, heroína y cocaína. Los yonquis contactaban con los camellos en la misma puerta del bar, en portales contiguos o en plena calle.
Este mercado también era visible en las calles Codols, Rull, Calella o en la plaza Regomir. En los 80 la prostitución seguía siendo una de las actividades peculiares del Raval. La mayoría de las prostitutas que frecuentaban las viejas calles del Raval estaban en el declive de su carrera profesional. A principio de los ochenta apareció otro tipo de prostituta: la yonqui, dispuesta a realizar cualquier servicio sexual por conseguir el dinero para la dosis.