Sexo en el cine Mazarrón
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Se decía que cualquier rockero que tuviera intención de no morir nunca tenía que tocar en aquel estadio de Playasol. Este trocito que alumbra el Faro a lo alto, donde nos arropa La Virgen del Milagro, donde los romanos preparaban garum y las mujeres se lavaban el cabello en el mar con greda.
Puerto de Mazarrón, enclave del Castellar. Festival de festivales de Puerto de Mazarrón, un miércoles de agosto de Abuelos, padres y niños caminan sonriendo hacia el paseo de la playa del Castellar. El Puerto de Mazarrón rezuma alegría, noches de verano de las de entonces. Veo un grupo de personas a lo lejos que han quedado para cenar y entre ellos se dicen aquello de, esperad, vamos a ver qué pasa allí, hay un escenario y mucha gente que camina en esa dirección.
Y aunque todas las noches han sido y son especiales, esta era muy especial para mí. Me cuenta Jorge que tiró de ese hilo invisible para conectar con el que fue imprescindible en Mazarrock de los 80 con Mares de Papel Y esa sorpresa de que Miguel Ríos, la historia del rock, nos hiciera cantar y volver a aquellos instantes especiales de la vida de cada uno.
Y así lo hizo. Ese hilo conductor me cuenta Jorge que fue la hermana de Miguel, y entusiasmado me dice, desde el minuto uno nos dijo que sí, que Miguel estaría con nosotros. Y como a veces hace falta una pieza para que todo encaje, surgió la idea de que Carlos Tarque, fundador y compositor de las canciones del grupo M CLAN, con el que Miguel hace tiempo que hace magia en los escenarios, también estuviera allí. Todo con un orden exquisito, con la seguridad necesaria y sobre todo con las ganas de pasar una noche inolvidable.
Yo hace un rato que estoy por allí. Me encantan los preludios, no lo puedo evitar. En un ratito podré acercarme a Miguel Ríos y Carlos Tarque y charlar lo suficiente como para subir mi emoción, esa que luego os transmito a vosotros. En la puerta de camerinos veo a poquitos metros a un Miguel amable, acompañado de Carlos que atiende con amabilidad a algunas personas que se han arriesgado y han tenido suerte de llevarse una foto y una sonrisa.