Sexo en la cueva Frankfurt
Díaz-Andreu, Margarita. Más chicas deseables: Sexo en el gimnasio Helsinki, Masaje tántrico Carmen de Patagones, Escorts en tu área Cancún
Muchos la llaman La Puerta de Alemania. Estoy tan ensimismado en la contemplación de la Hauptbahnhof que el saludo me hace dar un respingo. Me vuelvo hacia la voz femenina que ha pronunciado esa frase en un perfecto español latino. Es ella la que ríe. No parece sorprendida de que responda en castellano. Cuando veo su escote y la falda tan corta que lleva, lo primero que pienso es que se va a morir de frío si no se tapa un poco.
Después concluyo a lo que se dedica. El tono es zalamero. Cortés pero inequívoco. Sé que debería ser igual de educado con ella, pero no quiero hacerle perder el tiempo, así que farfullo una excusa y me alejo. La primera vez que pisé el barrio rojo de Frankfurt fue por casualidad. Lo juro. Paseaba junto a la estación de tren y, de repente, me vi rodeado de carteles y luces rojas que anunciaban las bondades de este o aquel establecimiento.
Tampoco es legal que las mujeres se exhiban en los escaparates, a diferencia de lo que sucede en otros países. Como respuesta, algunos establecimientos colocan maniquíes muy explícitos en los balcones de los edificios como reclamo y para no dejar dudas sobre lo que sucede allí dentro. Dicen que la legislación vigente no sirve de mucho y que las mafias siguen operando con total impunidad.
Al final de la calle, como si tratara de marcar el límite entre el barrio rojo y el resto del universo, avisto una de las llamadas «salas de inyección». A su alrededor se agolpan toxicómanos de toda edad y condición. Hay tanto hombres como mujeres, en una paridad de la que ya podría aprender nuestro congreso de los diputados.
Existe un gran problema de drogas en Frankfurt. La heroína campa a sus anchas. Hay consumidores de diferentes nacionalidades, la mayoría indigentes y gente con pocos recursos, pero también altos ejecutivos con trajes a medida que necesitan una dosis que les ayude encarar la responsabilidad de sus puestos de trabajo; una motivación extra con la que afrontar las decisiones que tienen que tomar a lo largo del día.