Sexo en el teatro Timisoara
El escudero le ayuda a vestirse y 7 A lo largo del tiempo han sido varios los intérpretes que han dado vida a los personajes, aunque Hadi Kurich siempre se ha hecho cargo de la figura de Don Quijote y Ana Kurich de los personajes femeninos y de los niños o muchachos. En Timisoara, encontrarás chicas para citas apasionadas e íntimas. ¡Descubre nuevas oportunidades y vive nuevas aventuras! Más mujeres hermosas: Sexo en la escalera Stuttgart, Sexo en vivo online Reno, Escorts baratas Carmona
Una señal o indicio de un acontecimiento posible. La especulación de una realidad fingida a raíz de una posibilidad no realizada. Pues toda mímesis verosímil tiene la potencia de ser real, de materializarse hipotéticamente en el mundo perceptible, y de ahí su capacidad para mover los afectos. Convierte a su receptor en un imaginador de heterocosmos, de mundos posibles, de realidades que no son, que no existen, pero que subsisten en la phantasia 1 del lector.
Ya Aristóteles cimentaba el principio de la Poética en la mímesis, si bien en la mímesis verosímil. Su planteamiento conecta directamente con su teoría física acerca de los estados en potencia y en acto. La realidad existe en acto, en tanto que la mímesis subsiste en potencia. Pese a que la concepción de la ficción como mundo posible ya se encuentra implícita en el tratado del Estagirita y de él procede, es en la posmodernidad cuando se tematiza, convirtiéndose en uno de los principales argumentos para abordar la naturaleza de la ficcionalidad.
La observación de la ficción no como una mera imitación de la realidad, antes bien como la construcción de un mundo posible a partir de una posibilidad irrealizada, no es, sin embargo, del todo nueva. El enfoque parte de la teoría de los objetos inexistentes de Alexius Meinong sobre la base de la hipótesis de los mundos posibles de Leibniz.
La ficción se identifica, pues, con la llamada jungla de Meinong, un heterocosmos de subsistencias habitado por personajes que, sin llegar a existir, son percibidos por el entendimiento humano a la manera de un concepto gracianesco. La ficción pertenece, con lo cual, al plano conceptual de la realidad: hablamos de realidades abstractas por carecer de materialidad.
Ello no implica que la ficción sea completamente irreal, sino que el texto, la escritura, que abre la brecha para que podamos acceder a ese mundo posible de ideas y conceptos, es material, es real y lo aprehendemos por medio de los sentidos gracias a los signos. Ahora bien, el mundo posible que genera la función referencial del lenguaje, esa imitación verosímil que tiene la potencia de ser como así la concebía Aristóteles, no reproduce la realidad material sino un universo paralelo, alternativo, utópico y ucrónico, una posibilidad de realidad no realizada, fruto exclusivo de la phantasia.