Sexo sin expectativas Prague
Dörner T, Furie R. Swingers amateurs de Prague que quieren mujer rica Mujer traviesa que busca citas perfectas Más mujeres hermosas: Escorts europeas Bragança, Putas para extranjeros Pueblo, Citas con casadas Barberà del Vallès
.jpg)
.jpg)
.jpg)
.jpg)
.jpg)
.jpeg)
.jpg)
.jpg)
.jpg)
.jpg)
.jpg)
.jpeg)
.jpg)
.jpeg)
.jpg)
.jpg)
.jpg)
.jpg)
.jpg)
.jpg)
.jpg)
.jpg)
.jpg)
.jpg)
.jpg)
.jpg)
Hace algunos años, el escritor mexicano Carlos Fuentes bautizó como un «año constelación». Se trata, efectivamente, de uno de esos años de coincidencias y simultaneidades. Los años 60 estuvieron marcados —como escribió la crítica literaria Diana Sorensen— por un sentido de la inminencia, de un tiempo al llegar, así como por el deseo de ser conducido voluntariamente hacia allí 1.
Lo seguro es que, como advierte el historiador Adolfo Gilly, su imagen resumía el espíritu de ese tiempo: la oposición al poder antes que la lucha por él 2. Lejos de la rigidez de la izquierda tradicional, los rebeldes del mundo mostraban una mezcla de creatividad, espontaneidad y entusiasmo.
Daban lugar a formas híbridas entre lo cultural y lo político, al tiempo que abrían campo a una forma de liberación que era, en muchos casos, personal, sexual, social y colectiva a la vez. Ese marco de rebeldía global también se expresaba en nuevas corrientes de pensamiento y, especialmente, en nuevas críticas al capitalismo que circulaban con una novedosa facilidad.
Incluso, también de un «hombre nuevo». La circulación era, desde luego, dispar: en las grandes metrópolis se leían apenas unos pocos textos sobre las periferias, entre ellos el manifiesto político-literario de Frantz Fanon Los condenados de la tier ra , gracias al prólogo de Jean-Paul Sartre.
No es que antes no hubiera habido jóvenes en la política; de hecho, los años 20 estuvieron marcados por el juvenilismo. Pero en los 60 ellos irrumpieron en la escena con una fuerza mayor, como sujetos con experiencias e ideas propias y, en muchos casos, muy distintas de las de la generación de sus padres. En ese sentido, no deja de ser paradójico que haya sido la bonanza posterior a la Segunda Guerra, los años dorados de prosperidad y expansión, lo que permitió el florecimiento de una rebeldía a escala mundial.
