Aventuras extramatrimoniales Turin
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César Cervera. Hasta el 11 de febrero de duró la pesadilla de Amadeo de Saboya y su familia en España. Las palabras de este efímero Rey de España se podían traducir al roman paladino, si es que fuera necesario traducirlas, con un sencillo ahí os zurzan y os quedéis con vuestro manicomio.
La experiencia del hijo del Rey de Italia , hombre de impresionante porte con remanentes Habsburgo pero con pocas luces, fue terrible en los tres años que fue rey constitucional de España.
La nobleza tradicional se decantó en masa por el retorno de los Borbones , mientras que los independentistas cubanos y los carlistas se encargaron de que Amadeo I no tuviera un segundo de tregua en su aventura española. Solo en una cosa Amadeo de Saboya parece que agradeció haber aceptado la corona de España: las mujeres del país. La esposa que tuvo que sufrir estas humillaciones e infidelidades en un país que le resultaba completamente desconocido se llamaba María Victoria dal Pozzo y della Cisterna , lo cual ya de por sí daba lugar a chanzas.
El tiempo que se demoró para viajar a la Península debido a su avanzado estado de preñez lo aprovechó su marido para explorar a fondo los cafés madrileños. La nueva Reina de España, nacida en Francia pero procedente de la aristocracia de Cerdeña , había sido educada con esmero en Turín. La muerte de su padre y de una hermana sumió a su madre, vinculada a la nobleza de Mónaco, en un estado de locura que hizo irrespirable el ambiente familiar y la obligó a refugiarse en los libros.
En Madrid, su conducta fue ejemplar frente a una nobleza díscola que, salvo una minoría apodada con desprecio como «haitiana», hizo todo lo posible para ningunearla. Aunque todos hemos oído hablar las grandes cualidades que la adornan, la realidad supera nuestras esperanzas y todos salimos prendados de la que había de ser la Reina de España». Destinaba Entre sus fundaciones destacó una escuela y asilo para los hijos de las lavanderas que trabajan en la ribera del Manzanares y un hospicio para niños desamparados.