Putas de lujo Seattle
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El mundo es un lugar injusto, en Seattle lo saben bien. Esa fue la historia del grunge amigos, la historia de un modo de diversión que acabó contaminado por la basura global. El Noroeste del Pacífico en Estados Unidos siempre ha sido un lugar muy peculiar. Boeing y otras industrias escupen humo en contraste con las montañas y el agua que rodea la ciudad. En Seattle nadie se preocupaba por el éxito. Las bandas que se quedaban en la escena de la ciudad eran las que realmente la amaban.
Simplemente era gente desinhibida que se emborrachaba y tocaba, tocaba y se emborrachaba, y vuelta a empezar. Flojos que Cameron Crowe sabe plasmar muy bien en la película «Singles». Algunas de esas bandas que pululaban por clubs, pubs, sótanos y garages alumbraron al resto del mundo a través de un recopilatorio bajo el sugerente nombre de Deep Six. Ellos gestaron un sonido para el que nadie tenía nombre todavía y para el que nadie salvo ellos estaban preparados.
Era un ruido pesado, metalero, intenso, cansino y puro. Se alejaban de toda estructura y eran caóticos, afinaban en RE y sus canciones solo tenían 3 compases. Desde Seattle llevaron el rock de vuelta a su esencia: salir al escenario y hacer un ruido infernal. Entonces vas por buen camino, chaval. Seattle tenía identidad y Sub Pop la supo explotar. Jack Endino era el ingeniero y Charles Paterson el fotógrafo.
Pero un buen día de principios de los 90, arrastrado por las habladurías de americanos trotamundos, un periodista inglés recaló en esta pequeña ciudad perdida en el Noroeste de ninguna parte para comprobar si era cierta aquella movida que le habían contado. Y vaya si lo certificó. Aquello acabó siendo insoportable. De repente sus vidas privadas y su esencia murieron. Pearl Jam, Nirvana, Soundgarden, Mudhoney y otros cientos de grupos acabaron siendo tan conocidos que se convirtió en una responsabilidad para la que no estaban y no querían estar preparados.
El futuro era la muerte, la desaparición, como acabó siendo encarnada en Kurt Cobain. Pero Seattle sigue siendo una ciudad que representa mejor que ninguna el espíritu de aquella época y que intenta, aunque de manera falsa, revivir cada noche el grunge. Estos algunos de los lugares imprescindibles para entender aquella importante corriente musical, algunos todavía se mantienen en pie pero otros ya no existen aunque su legado queda en las canciones.