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En el vibrante centro de Pamplona , se encuentra un lugar que, a pesar de abrir solo 15 días al año, mantiene viva una tradición que ha cautivado a generaciones. Este enfoque exclusivo no solo conserva la esencia del negocio, sino que lo ha convertido en una leyenda local. Aunque la churrería es una parte fundamental de sus vidas, cada miembro de la familia Elizalde también tiene una carrera profesional fuera del negocio.
Hay abogados, ingenieros e incluso una ginecóloga. Este equilibrio entre el negocio familiar y las profesiones externas destaca el sacrificio y la dedicación necesarios para mantener viva esta tradición. Este año, La Mañueta abrió cada mañana del encierro de San Fermín, del 7 al 14 de julio, de 6 a 11 horas.
La churrería atrae a miles de visitantes cada año. Aunque la docena de churros se ofrece a 9 euros y la rosca a 27 euros , los clientes consideran que el precio justifica la calidad y el sabor excepcional del producto. Si planeas visitar La Mañueta, ten en cuenta que solo aceptan pagos en efectivo y que siempre hay largas colas, especialmente durante las festividades de San Fermín.
A pesar de estos inconvenientes, la experiencia de degustar estos churros artesanales es inolvidable. Aprovecha tu visita para explorar el casco viejo de Pamplona, disfrutar de sus bares y restaurantes, y sumergirte en el ambiente festivo. La dedicación de la familia Elizalde y su compromiso con la tradición aseguran que cada visita sea una celebración del sabor y la historia de Pamplona.
Esta churrería, emblema de Pamplona, es un destino imperdible para probar lo que algunos clientes aseguran son los mejores churros del mundo. Consulta aquí la política de comentarios.