Masajes sensuales Más Grande
Depilaciones por zona o integral Masajes relajantes, musculares, deportivos, descontracturantes, 4 manos, a parejas. 👠 Más chicas interesantes: Masaje con final feliz a domicilio San Fernando, Sexo casua Ciudad Real, Sexo en la naturaleza Monaco
Si has sido estudiante universitario seguro que necesitaste ganar un dinero extra para cubrir tus gastos. Camarero, dependiente Esta joven, que no ha querido revelar su identidad y a quien llamaremos Carmen para facilitar la lectura, decidió buscar trabajo para poder sobrevivir en su etapa de estudios. Desesperada por un poco de 'cash', revisó religiosamente los anuncios de trabajo en periódicos y portales online hasta que un día encontró algo que parecía extremadamente prometedor: " Masajista profesional ", decía el anuncio.
Ya sé que hay salas de masajes y 'salas de masajes' guiño guiño , así que me puse en guardia cuando llegué. Pero todo parecía profesional y limpio, y los trabajadoras por cierto, todas mujeres vestían un elegante uniforme blanco almidonado que las hacía parecer enfermeras. La entrevista fue bien. La encargada y yo compartimos nuestras vivencias y gustos por los paseos a caballo. Aunque estaba bien después de su extraño debut laboral, decidió que el trabajo no era para ella.
Así que consiguió el puesto y empezó al día siguiente. Se le pagaría después de cada turno y por cada cliente que masajeara. No pasó mucho tiempo antes de que tuviera mi primer masaje. Todas las chicas sonrieron, me desearon suerte y entonces me dirigí hacia una de las salas de tratamiento", explica.
El cliente era un hombre de mediana edad que tenía buen aspecto, era limpio y educado. Estaba claro que era un habitual porque llamó a la recepcionista por su nombre. Le dijo al hombre que había terminado y que lo dejaría un momento para cambiarse, pero antes de que tuviera oportunidad de irse, él se cambió de postura sobre la mesa de masajes exponiendo una enorme erección.
De ninguna manera era desagradable o agresivo, y como era un habitual , tuvo la sensación de que este era su tratamiento normal. No quiso montar una escena o avergonzarlo, así que después de dudar por un momento pensó: "Oh, qué diablos". No pasó mucho hasta que el hombre tuvo lo que quería. Fue muy respetuoso y educado, como debe ser en esas circunstancias. Mantuvo sus manos sobre sí mismo y estuvo en silencio hasta que eyaculó.