Sexo en el bosque Montgomery
Este no es un predicamento exclusivo de nuestro tiempo. Más mujeres hermosas: Putas complacientes Hurlingham, Aventuras secretas Ljubljana, Chicos calientes Stuttgart
We can't find the internet. Attempting to reconnect. Something went wrong! Hang in there while we get back on track. Fruto de aquel viaje nació El embrujo del tigre , un libro que acaba de ser publicado en español. PabloRCebo pablo. Las reglas del mundo que conocemos se desvanecen en los Sundarbans. En el vasto territorio del delta del Ganges, entre India y Bangladesh, con miles de ríos y canales, y el mayor bosque de manglar del planeta, los cartógrafos tienen que rehacer los mapas cada tres años debido al movimiento de tierras que producen las mareas.
Y donde el ser humano es cazado. Por un felino que nada. Que ataca incuso desde el agua. Este reino del manglar, el agua y el fango es también el mayor santuario de Panthera tigris del mundo, con en torno a ejemplares.
En concreto, del tigre de Bengala real, una de las cuatro subespecies que sobreviven en el planeta. No hay ejemplares suficientes del tigre del sur de China —apenas medio centenar—, descendientes todos ellos de solo seis especímenes. Montgomery sin embargo es optimista. Aunque apenas quedan 4. La inmensa mayoría son leñadores, pescadores y recolectores de miel furtivos que se adentran ilegalmente en la zona reservada al tigre, donde solo los agentes forestales pueden acceder.
La naturalista cuenta en El embrujo del tigre cómo se vive en un lugar donde poner el pie en la orilla puede significar morir devorado, y cómo este esquivo y letal mamífero se ha adaptado a las peculiares condiciones de los Sundarbans. Sy Montgomery, con un cachorro de tigre. El humano visto a sí mismo como carne para alimentar a otra especie. No es algo a lo que estamos acostumbrados.
Durante la mayor parte de nuestro tiempo en este hermoso planeta, fuimos cazadores-recolectores, ahora somos compradores-recolectores, pero en nuestra esencia sabemos que debemos prestar atención al mundo natural y respetarlo. Nuestra desconexión actual del mundo natural refleja un malentendido esencial, y puede estar en la raíz de por qué ahora estamos envenenando nuestros agua, aire, suelo e incluso alterando peligrosamente el clima de nuestro planeta.