Relaciones casuales La Sagrera
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Y lo ha hecho con la exposición El deseo fluye tanto como el mar. La muestra abunda en la homosexualidad en la navegación, una cuestión largamente silenciada y durante siglos incluso duramente castigada. Así, el relato incide en que las relaciones sexuales entre marineros se producían en un contexto de largos periodos a bordo de un navío, aislados del mundo, sin mujeres y donde convivían hombres de distintos estratos sociales, edades y creencias.
Estas circunstancias llevaban a necesidades y encuentros entre los propios tripulantes. En distintos paneles, la muestra parte de la dominante moral judeocristina, en la que la sexualidad se contemplaba solo con fines reproductivos entre un matrimonio heterosexual.
Lo que se salía de este dogma era un pecado contra natura y castigado con dureza por los tribunales. La exposición narra muchos de los procesos penales por sodomía, que merecían la tortura y la muerte por garrote, la horca y la hoguera. Las actas judiciales que se conservan en el Archivo General de Indias describen las experiencias homoeróticas que se registraban en las rutas comerciales de España con las colonias.
En muchos casos, las relaciones sexuales entre marineros eran consentidas, pero se daban también casos en que eran provocadas a partir del acoso y el abuso de poder. Así, se explica el denominado matelotage, una jurisprudencia propia de la piratería de la haitiana isla de la Tortuga.
Fue un marco legal en los siglos XVI y XVII que permitía establecer un contrato formal de unión entre dos hombres que garantizaba la herencia en caso de muerte de uno de ellos. Era una especie de matrimonio entre dos hombres que se amaban libremente. También es cierto que los piratas fueron acusados reiteradamente de sodomitas como medio para desacreditarles.