Sexo sin compromisos Belo Horizonte
Momentos particulares y significativos para los jóvenes son su ingreso en el mundo del trabajo o en la escuela superior, así como el entrar en contacto —a veces brusco, pero que puede ser benéfico— con modelos distintos de conducta y con ocasiones que representan un verdadero y propio reto. Más chicas para conocer: Sexo en la hamaca Villa María, Parejas abiertas Boise, Sexo sin tabúes Fargo
Antes de pronunciar la homilía, Juan Pablo II improvisó estas palabras. Doy las gracias a todos los presentes y a cuantos he encontrado a lo largo del camino hasta llegar aquí.
Doy las gracias a todos. Pastores y fieles. Mil gracias. Permítaseme dedicar esta homilía a todos los jóvenes de Brasil. No os sorprenderéis de que el Papa comience esta homilía con una confesión. Yo había leído muchas veces que vuestro país tiene la mitad de su población con menos de veinticinco años de edad.
Creo que he comprendido mejor también por qué los obispos de Puebla hablan de opción preferencial —no exclusiva, ciertamente, pero sí prioritaria— por los jóvenes. Esta opción significa que la Iglesia asume el compromiso de anunciar incesantemente a los jóvenes un mensaje de liberación plena. Es el mensaje de salvación que ella recibió de labios del propio Salvador y debe transmitir con toda fidelidad. En esta Misa que tengo la alegría de celebrar en medio de vosotros y por vuestras intenciones, ese mensaje aparece con su contenido esencial en las lecturas que escuchamos.
Y añade: importa, por encima de todo, "permanecer firmes en la Alianza" que Dios selló con el hombre. Es una invitación a la coherencia y a la fidelidad, invitación que afecta muy de cerca a los jóvenes. Sabía bien lo que decía, este Pablo. De adolescente, había perseguido la Iglesia de Cristo. Y es el testimonio de la propia vida lo que le hace decir: No hay otro fundamento posible. La vida, el destino, la historia presente y futura de un joven, depende de la respuesta nítida y sincera, sin retórica ni subterfugios, que puede dar a esa pregunta.
Esa respuesta ha transformado ya la vida de muchos jóvenes. La mayor riqueza de este país, inmensamente rico, sois vosotros. El futuro real de este país del futuro se encierra en vuestro presente. Por eso, este país, y con él la Iglesia, os miran con ojos de expectación y de esperanza. Decís, con razón, que es imposible ser feliz viendo una multitud de hermanos carentes de las mínimas oportunidades de una existencia humana.