Citas infieles San Pedro de Alcántara
La leyenda de la judía Raquel y el rey Alfonso [ editar ]. Más chicas deseables: Sexo por dinero Burriana, Sexo local Maia, Encuentros sin compromiso La Sagrera
La batalla se saldó con la derrota de las tropas cristianas, lo cual desestabilizó al Reino de Castilla y frenó el avance de la reconquista unos años, hasta que tuvo lugar la batalla de Las Navas de Tolosa en Alfonso VIII, ante la expectativa del final de la tregua, había empezado a fortificar en un cerro sobre el río Guadiana el estratégico lugar de Alarcos , situado en tierra de nadie, un baluarte sobre un collado habitado ya en época ibera.
En el verano de , un año antes de la batalla de Alarcos, Alfonso permitió una expedición o cabalgada cuyo paladín o caudillo era el belicoso arzobispo de Toledo , Martín López de Pisuerga.
El desafío de la fuerza castellana enfureció sobremanera a Ya'qub, quien resolvió mandar todas sus fuerzas disponibles contra Castilla y atravesar el mar mare transivit para contener y escarmentar al monarca infiel.
El 1 de junio de desembarcó sus tropas en la línea de costa entre Alcazarseguir y Tarifa con su ejército. Alcanzó Córdoba el 30 de junio. El principio estratégico era, eso sí, apremiante: impedir el acceso al fértil valle del Tajo , con lo que, por darse prisa en presentar batalla, no esperó siquiera los refuerzos de Alfonso IX de León ni los de Sancho VII de Navarra , que estaban en camino. Aun así, impaciente Alfonso VIII , decidió presentar batalla sin prudencia al día siguiente de llegar finalmente las tropas a los alrededores de Alarcos el 17 de julio.
Tal vez por confiar en la fuerza del catafracto o caballería pesada castellana, no decidió retirarse a Talavera , donde ya habían llegado las tropas leonesas, tan solo a unos pocos días de distancia. Los cristianos disponían de dos regimientos de caballería: en primera línea o haz estaba la caballería pesada de unos 10 hombres al mando de don Diego López de Haro y sus tropas, seguida después de la segunda línea o haz, donde se encontraba el propio Alfonso VIII con su caballería e infantería.